¿Has sentido alguna vez un nudo en el estómago antes de iniciar un examen importante? ¿O la sensación de que tu mente se convierte en un torbellino de pensamientos ansiosos? Nuestros alumnos se enfrentan a una montaña rusa emocional cuando se acerca el período de exámenes.
Como educadores, somos conscientes de que el estrés del examen es una realidad que muchos de nuestros estudiantes enfrentan. Las emociones pueden oscilar desde la ansiedad anticipatoria hasta la tensión durante el examen, lo que puede afectar su rendimiento académico (Bradley y Alii, 2007).
Pero ¿cómo podemos abordar este conjunto de emociones? Quiero compartir algunas estrategias que he estado utilizando antes, durante y después de mis exámenes durante al menos dos años, y he observado resultados positivos en mis estudiantes.
1. La repetición otorga seguridad. A medida que avanzamos en el curso o en nuestra materia, es crucial asegurarnos de que nuestros estudiantes hayan practicado o reflexionado lo suficiente sobre un ejercicio o tema. Por ejemplo, como profesor de estadística, entiendo lo complicado que puede ser aprender el Teorema de Bayes, pero al practicarlo con mis estudiantes en diversas ocasiones, durante varios días y desde diferentes enfoques, aumenta su capacidad de razonamiento y fortalece su confianza.
2. Ejercicios de repaso. En el aula, hay una diversidad de ritmos de aprendizaje, por lo que nunca está de más proporcionar ejercicios adicionales para repasar en casa. Estos ejercicios benefician tanto a los estudiantes que avanzan rápidamente como a aquellos que encuentran más dificultades.
3. Promueve un ambiente de comentarios positivos. Antes de comenzar el examen, entrega a los estudiantes tres notas adhesivas (post-its) de diferentes colores y pídeles que escriban un breve mensaje de ánimo para sus compañeros. Dedica tres minutos de la clase para que escriban y compartan estos mensajes entre sí. Esto influye significativamente en el ambiente del aula.
4. Fortalece al grupo con palabras de afirmación. Después de que los estudiantes intercambien sus notas adhesivas, comienza a distribuir los exámenes uno por uno y lee en voz alta los mensajes que han escrito; algunos pueden ser humorísticos, aprovecha estos momentos y ríe junto con ellos.
5. Un examen feliz crea expectativas. Todos mis estudiantes saben que hay una posibilidad de que alguien se libere de realizar el examen. El «examen feliz» es aquel que contiene una pequeña nota que dice «Sea feliz, entregue el examen», lo cual genera mucha expectativa entre los estudiantes que lo esperan ansiosamente. Lo utilizo como una recompensa por el arduo esfuerzo y compromiso en mi clase.
6. Oren por este tiempo. Aunque he colocado este punto casi al final, no significa que sea el menos importante; al ser mi materia compleja, los estudiantes reconocen que necesitan la ayuda de Dios.
7. No permitas que los estudiantes se rindan. Durante el examen, algunos estudiantes pueden expresar frases como: «No puedo», «Me bloqueé» o «Se me olvido todo», pero nunca dejo que esas palabras dominen el momento. Suelo responder con frases como: «Estoy aquí para ayudarte», «En un momento voy a desbloquearlo» o «Permíteme refrescarte la memoria».
Un día nuestros estudiantes tendrán la oportunidad de presentar un examen de admisión, de grado o de otro tipo. Cada palabra de afirmación que hayan almacenado en su mente tendrá un impacto significativo en su futuro. Por esta razón, siempre insto a los estudiantes a guardarlas en lo más profundo de su corazón y su mente. De esta manera, cuando llegue el momento, tendrán esas palabras grabadas en su memoria para enfrentar ese desafío con determinación y confianza.
Si te interesa conocer más técnicas de aplicación dentro del aula, te recomiendo leer el libro de la Neuropedagoga Marilina Rotger «Las emociones y aprendizaje» donde nos enseña cómo crear aulas con cerebro a través del «circuito de recompensa». Además, te dejo en la bibliografía algunos libros y un artículo que me inspiraron a escribir este artículo y hacer de los conceptos una práctica real en mi salón de clases.
—M.E.I. J. Uriel Flores, director de ILAP.
–
Bibliografía:
Bradley, R. T., McCraty, R., Atkinson, M., Arguelles, L., Rees, R. A., & Tomasino, D. (2007). Reducing test anxiety and improving test performance in America’s schools. Boulder Creek: Institute of Heart-Math.
Gómez, J. T. (2018). El cerebro del siglo XXI, Retrieved from https://ebooks manualmoderno-com.eu1.proxy.openathens.net.
Martin, R. E., & Ochsner, K. N. (2016). The neuroscience of emotion regulation development: Implications for education. Current opinion in behavioral sciences, 10, 142-148. • Rotger, M. (2017). Neurociencias, neuroaprendizaje: las emociones y el aprendizaje: nivelar estados emocionales y crear un aula con cerebro. Brujas.