«El objetivo de la educación no es aumentar la cantidad de conocimiento sino crear las posibilidades para que un niño invente y descubra; para crear hombres que sean capaces de hacer cosas nuevas». – Jean Piaget
Existen muchas razones por las cuales creemos que una buena educación cambia vidas. Sabemos que la educación es esencial para el crecimiento personal, el progreso social y el mejoramiento de la humanidad. A lo largo de la historia, numerosas figuras influyentes han enfatizado la importancia de la educación. Organizaciones han hecho estudios y estimado a la educación como el gran factor de cambio económico y social en el mundo. La UNESCO estima que, si todos los estudiantes de los países de bajos ingresos salieran de la escuela con habilidades básicas de lectura, podría sacar de la pobreza a 171 millones de personas. La educación se considera a menudo como el «gran ecualizador», ya que brinda oportunidades para la movilidad social. Ésta puede romper el ciclo de la pobreza y ayudar a las personas a mejorar su estatus socioeconómico.
La educación se correlaciona con mejores resultados de salud y una mayor esperanza de vida. Los estudios han demostrado que las personas educadas tienen más probabilidades de adoptar estilos de vida más saludables y acceder a mejores servicios de atención médica. Todos estos posibles resultados son buenos, queremos cambios sociales que afecten la calidad de vida de las comunidades, menos pobreza, menos violencia, más salud. Pero creemos que la educación hace más que un cambio económico macro, la educación hace un cambio en la vida de una persona, esta crea un cambio interno que transforma el mundo entero de un individuo.
La educación permite a un individuo aumentar su entendimiento del mundo, las ideas, su propia vida y la vida de los que lo rodean. Un enfoque educativo importante es el tener mejor comprensión lectora. Esta es la capacidad de comprender, interpretar y analizar textos escritos para extraer significado y adquirir conocimientos de diversas fuentes. Tener una buena comprensión lectora permite que un estudiante obtenga información de libros de texto, artículos, materiales de referencia y otros recursos educativos. Sin la capacidad de comprender lo que se lee, los estudiantes tendrán dificultades para captar nuevos conceptos e ideas, lo que dificultará su aprendizaje general y su rendimiento académico. Una buena comprensión lectora permite que los estudiantes aprendan de manera independiente. Cuando los estudiantes comprenden lo que leen, pueden analizar y evaluar la información de manera crítica, formar opiniones y sacar conclusiones informadas. Esto es crucial en el desarrollo de habilidades analíticas y de resolución de problemas. Como resultado, los estudiantes desarrollan fuertes habilidades de comunicación. Al comprender los matices del lenguaje y las ideas transmitidas a través del texto, los estudiantes pueden articular mejor sus pensamientos al escribir y hablar.
Es importante que cuando pensemos en educación que cambia vidas y la importancia de la educación, no nos quedemos sólo en ideas de cambios económicos, sino que busquemos dar la educación de calidad que forma a estudiantes pensantes que luego se volverán ciudadanos informados. La comprensión lectora permite a las personas interactuar con noticias, documentos de políticas y otros textos que les informan sobre cuestiones políticas, sociales y económicas, lo que les permite tomar decisiones bien informadas y participar en la vida cívica. Si las decisiones que los futuros líderes que formemos son informadas, éstas serán para el bien común.
Queremos formar estudiantes de por vida. La comprensión de lectura fomenta el amor por el aprendizaje y el hábito de la lectura de por vida. Los «estudiantes de por vida» buscan constantemente nuevos conocimientos, y la comprensión lectora les permite explorar y comprender una amplia gama de temas, enriqueciendo sus vidas.
La comprensión de lectura involucra la memoria, la atención, el razonamiento y el procesamiento del lenguaje. La práctica regular de la lectura puede mejorar las habilidades cognitivas, lo que también puede tener efectos positivos en otras materias académicas. La literatura y otras formas de expresión escrita pueden abrir las puertas al crecimiento emocional, la empatía y la comprensión personal. Leer y comprender diversos textos puede ayudar a los estudiantes a conectarse con diferentes perspectivas, culturas y experiencias.
Queremos formar buenos lectores, buenos estudiantes que piensen críticamente y que nunca quieran dejar de aprender. El aprendizaje permanente fomenta el pensamiento crítico y la capacidad de resolución de problemas. A medida que los alumnos se encuentran con diversos temas y desafíos, desarrollan la capacidad de analizar situaciones, generar soluciones innovadoras y tomar decisiones bien informadas.
Recuerda que el aprendizaje mantiene la mente activa y comprometida. Participar en actividades intelectuales puede prevenir el deterioro cognitivo y promover el bienestar mental, especialmente en los adultos mayores. El aprendizaje mejorará la calidad de vida de nuestros estudiantes (y de nosotros educadores) si logramos hacer que se enamoren de la lectura y la obtención de nueva información.
Este cambio comienza contigo. Las escuelas y los educadores desempeñan un papel crucial en el fomento y el fomento de estas habilidades en los estudiantes para ayudarlos a convertirse en personas bien informadas, comprometidas y exitosas tanto en su vida académica como personal. No queremos educar por educar, ni que los estudiantes simplemente pasen los grados con la información básica, queremos que sus mundos sean transformados. La educación que lleva a amar el conocimiento es la que cambiará nuestras vidas.
