¿Es para mí el homeschool?

En un libro escrito en 1878, un médico inglés de renombre se dirige a las madres. Lamenta que muchos padres descuiden la instrucción de sus hijos y concluye: «Es la madre quien debe velar por todo lo concerniente al cuidado de sus propios hijos». Hoy, más que nunca, las madres estamos conscientes de esta verdad y muchas de nosotras consideramos el homeschool como una alternativa. Pero quizá nos preguntamos: ¿es para mí? 

¿Soy capaz de enseñar a mis hijos lo que necesitan? ¿Cumplo con los requisitos académicos para lograrlo? ¿Le traeré un daño o un beneficio? 

Si bien la decisión recae en la pareja, pues debemos estar de acuerdo con nuestro cónyuge sobre la forma de educar a nuestros hijos, estas preguntas concretas para mamá, la que asumirá la responsabilidad de un modo más tajante, pueden ayudar. 

1. ¿Tengo la flexibilidad para enseñar a mis hijos?

Si tienes un trabajo de tiempo completo, tu preferencia será por una escuela. Pero, quizá trabajas desde casa y eres freelancer. Aun así, piensa con atención si puedes dedicar entre tres a cuatro horas diarias para la instrucción de tus hijos. ¿Puedes apartarte de la computadora lo suficiente para poner toda tu atención en la lectura, la escritura y el aprendizaje de tus pequeños?

Quizá piensas que puedes hacer ambas cosas, incluyendo el aseo de tu casa, pero recuerda que una mamá agotada no será una buena maestra. Si, por otra parte, tienes el tiempo y puedes ordenar tus prioridades y no caer en el estrés, considera el educar en casa como una opción. 

2. ¿Tengo el presupuesto para adquirir el material que necesito?

Uno de los grandes atractivos del homeschool es, precisamente, que puede resultar más económico que enviar a los niños a una escuela de paga. Te ahorras uniformes, colegiaturas y otras cosas que quizá no necesitan. De cualquier modo, debes considerar los gastos anuales de la educación de tus hijos: libros de texto, útiles escolares, material extracurricular de arte, educación física y robótica, certificación y otros. 

3. ¿Cuento con una red de apoyo?

Recuerda que no se trata de hacerlo sola, sino de ser la responsable de la educación de tus hijos. Por lo tanto, analiza si cuentas con el apoyo total de tu esposo, así como de los abuelos, los tíos y los amigos que puedan contribuir con las clases donde te sientas menos capacitada, como Ciencias, Historia o incluso Lenguaje. Forma una red de tutorías o pide ayuda semanal. Esto te ayudará a ofrecer una educación más sólida y funcional.

4. ¿Estoy calificada?

Seguramente esta es la pregunta principal. Aunque todos podemos enseñar, no significa que todos debamos. Por otra parte, con los recursos a nuestra disposición, educar en casa es ¡más que posible! Así que la verdadera pregunta es: ¿estás dispuesta a aprender? 

Para educar en casa vas a requerir de vulnerabilidad y decisión. Debes reconocer que no lo sabes todo, por lo que necesitarás invertir tiempo en investigar, repasar contenidos y prepararte para dar los temas a tus hijos, igual que hace un profesor. Necesitarás paciencia con tus pequeños, pero también contigo misma. 

Tu disposición es el recurso más importante para educar en casa. Tu compromiso es la base sobre la que se construirá el conocimiento. El requisito más importante es presentarte cada día con la actitud correcta y enseñar a tus hijos.

Creemos firmemente que el Sistema Educativo LAM está diseñado para el éxito de tu familia. Te facilitamos los libros de texto, así como una plataforma con manuales, recursos adicionales, las respuestas de los libros de texto y mucho más. Además, tenemos recursos en video para tu capacitación. 

Por lo tanto, planifica con tu familia cuáles son los pasos a seguir. No construyas la torre, sin primero tener un plano. ¿Tienen los recursos necesarios? ¿Cuentas con el tiempo para dedicarte de manera intencional y dedicada a tus hijos? ¿Recibirás el apoyo de tu comunidad? ¿Estás dispuesta a aprender junto con ellos? Entonces, ¡adelante! 

Estamos aquí para servirte y guiarte en esta nueva ruta de aprendizaje. Comunícate con uno de nuestros asesores y con gusto te atenderemos. 

Y recuerda, las cosas van cambiando en el camino. Lo que hagas este año, puede no funcionar al siguiente. Mantén una conversación constante con Dios y con tu cónyuge, con tus hijos y contigo misma, pues las necesidades al ir creciendo van cambiando. Lo importante es recordar que hemos recibido un gran regalo en nuestros hijos y debemos buscar lo mejor para ellos.

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