El salón de clases debe ser un ambiente seguro y enriquecedor donde los niños puedan aprender y crecer sin temor a la intimidación. Cuando los niños se sienten seguros y apoyados en su salón de clases, es más probable que prosperen académica, social y emocionalmente. Cuando los niños se sienten seguros y apoyados en su salón de clases, es más probable que participen, hagan preguntas y asuman riesgos académicos.
Los maestros que modelan el respeto, la amabilidad y la empatía pueden crear una cultura de aceptación y fomentar un comportamiento positivo. Alentar a los niños a trabajar en colaboración, comunicarse de manera efectiva y resolver problemas juntos también puede ayudar a desarrollar habilidades sociales y reducir el comportamiento de intimidación. Los estudiantes que temen ser juzgados pueden evitar compartir sus perspectivas únicas, lo que limita las oportunidades para diversas ideas y colaboración. El miedo a la crítica socava el libre intercambio de conocimientos, dificultando el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico e inhibiendo la exploración de puntos de vista alternativos. Pero la seguridad en el salón va más allá de que no haya bullying o agresión, la seguridad implica que los salones son buenos espacios para cometer errores y aprender de ellos.
La investigación ha demostrado que cometer errores puede ser realmente beneficioso para el aprendizaje y puede ayudar a una persona a recordar información nueva mejor que si no se cometieran errores.
Cometer errores brinda oportunidades de retroalimentación y corrección, lo que puede mejorar el aprendizaje y la retención. Cuando una persona comete un error, crea una oportunidad para identificar qué salió mal y averiguar cómo corregirlo. Este proceso de autocorrección puede ayudar a reforzar la información correcta y mejorar la comprensión del concepto. Cuando un estudiante comete un error y tiene el espacio para analizarlo junto con la guía de un padre o maestro, podrá aprender de ello y mejorar en su aprendizaje. Además, cometer errores puede ayudar a las personas a identificar sus propias áreas de debilidad o lagunas en su conocimiento, lo que puede guiar el aprendizaje y el estudio en el futuro. Para un alumno, cometer errores y aprender de ellos puede ser una herramienta valiosa para el aprendizaje y puede ayudarlos a mejorar su comprensión y retención de nueva información.
El Instituto de Investigación Rotman, en Toronto, Canadá, ha realizado investigaciones sobre el tema de cometer errores y adquirir nueva información. En un estudio publicado en la revista Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition, los investigadores descubrieron que cometer errores puede mejorar el aprendizaje y la retención de la memoria. El estudio involucró a participantes a quienes se les pidió que aprendieran una serie de palabras por ensayo y error. Los investigadores descubrieron que cuando los participantes cometían errores durante el proceso de aprendizaje, era más probable que recordaran la respuesta correcta más adelante. Este efecto fue aún más fuerte cuando los participantes recibieron comentarios que señalaban específicamente su error y explicaban por qué era incorrecto.
Los investigadores sugieren que este efecto puede deberse a la capacidad del cerebro para aprender de la retroalimentación negativa, que es una parte natural del proceso de aprendizaje. Al experimentar las consecuencias negativas de un error, el cerebro puede estar más motivado para prestar atención y recordar la información correcta.
En general, esta investigación sugiere que los errores pueden ser una parte importante del proceso de aprendizaje y que los comentarios que abordan específicamente los errores pueden ser especialmente útiles para mejorar la retención de la memoria. Cuando un maestro discute con sus estudiantes los errores que realizaron, ellos pueden aprender de sus errores y convertirse en pensadores creativos. Cuando se anima a los estudiantes a reflexionar sobre sus errores y aprender de ellos, pueden desarrollar una mentalidad de crecimiento que puede conducir a una mayor creatividad y habilidades para resolver problemas. El estudiante que vea a los errores como oportunidades, enfrentará los retos de la vida con mayor ánimo y valentía.
