Rodeada de lo que amo, crezco inmensamente feliz

“¡Con permiso, señora gallina!”

Así comienza mi historia

Yo no recuerdo, pero mi mamá me cuenta que ella escogió mi primer nombre: Ruth, que significa «La mujer amiga», y que junto con mi papá y mi tío Epi, eligieron el segundo: Elizabeth, que significa «aquella a quien Dios ha ayudado». Me encantan mis nombres porque tienen un significado bíblico.

Uno de los días más hermosos de mi vida, fue cuando nació mi hermano Gustavo, me gusta jugar mucho con él y somos inseparables.

Cuando llegó el momento de que yo fuera a la escuela, cuenta mi mamá que aunque él no podía pronunciar bien mi nombre, le decía: «¡Vamos por “But”!».

Es por ello que sé que me extrañaba mucho y yo a él también. Recuerdo que el primer día de escuela, mi mamá, mi hermano y mi perrita Husky, fueron por mí a la escuela y fue un día muy especial porque nos divertimos mucho.

Cómo comencé a estudiar en casa

Pasó un tiempo y mis papás decidieron sacarme de la escuela porque no les gustaba lo que ahí me enseñaban los días 1º y 2 de noviembre, pues no era de acuerdo a lo que la palabra de Dios nos enseña.

Mi mamá me dijo: «Vamos a estudiar en casa, estaremos más tiempo juntos».

Por esta razón, nos compraron libros de Sistema Educativo LAM, que me gustan mucho y con ellos aprendemos cosas nuevas. Estudiando en casa tengo más tiempo para jugar y divertirme con mi familia.

También recuerdo que en una temporada tuvimos gallinas y jugábamos con ellas. Nos gustaba recoger los huevos, mientras cantábamos alabanzas, yo les decía a las gallinas: «¡Con permiso, señora gallina! ¡Voy a pasar!»

De hecho, me gustan mucho los animales, en especial las gallinas. Mi abuelito tenía muchas de ellas, también guajolotes, gallos, pollitos, perros y borregos. Son una hermosa creación de Dios.

Con todo esto también recuerdo la vez que mi abuelito Prisci encontró una serpiente de cascabel y no tuvo miedo. Nos contó que los guajolotes no quieren a las víboras y que cuando él era niño, vio cómo mataban a las serpientes y por eso tenían guajolotes.

Los domingos mi abuelito nos comparte de la Palabra de Dios y me gusta leer los versículos de la Biblia.

Por lo que mis primos Karen y David, mi hermano y yo, ensayamos alabanzas para ese día. ¡Qué hermosas se oyen en el campo! ¡Se siente la presencia de Dios!

Claro está que Dios siempre está con nosotros, me ayudó a encontrar a mi perrita Sally cuando se perdió y también le devolvió la salud a mi papá, quien nos dice que volvió a nacer, gracias a Dios.

Mi historia apenas comienza y cuando sea grande quiero ser veterinaria, si Dios quiere.

Ruth Elizabeth Yedra Julián / 9 años / 4º primaria.

CDMX, Alcaldía Milpa Alta
México

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