Profunda pobreza

¡Acuérdense de los pobres!

Hace dos mil años Jesucristo hizo una declaración sorprendente acerca de los pobres: «Los necesitados seguirán siendo parte de la sociedad para siempre». Marcos 14:7 (MT).

Es importante notar que Jesús no dijo que la condición de los pobres fuera inalterable, sino que su presencia en la sociedad continuaría durante las generaciones venideras. La palabra «pobre» proviene del griego «potchos» que significa pedir (mendigar), doblarse, cobardía. Este término nos da una idea de lo que Jesús quiso decir, pues no hablaba de no tener dinero solamente, sino de una profunda pobreza de alma, de valentía, de ideas, iniciativa y visión.

¿Pero qué es exactamente la pobreza, no como una definición sino como lo que experimenta una persona pobre? Cobert y Fikkert en su libro «When Helping Hurts», nos dicen que el ser pobre es una humillación. Significa tener que depender de los demás y tener miedo de todo. No poder ayudar a la familia con sus necesidades básicas, o no tener suficiente agua para beber y bañarse. Significa ver a tus hijos morir de desnutrición o enfermedad y vivir la vida sin sentido, es vagar sin rumbo, infeliz, impotente. Significa fracasado e inservible. Pero esto no es todo, porque el aspecto más preocupante referente a cómo se siente el pobre es la idea de que alguien más es responsable de su situación.

Para lograr un impacto significativo en la pobreza debemos predicar el evangelio a los pobres (Lucas 4:18). Sin embargo, primero vamos a tener que entender la predicación como la entendió Jesús. Según el diccionario predicar es enseñar, es educar, es instruir. En otras palabras, dar a conocer cuidadosamente a Dios y su corazón dentro del marco de su carácter, palabra por palabra, precepto por precepto restaurando la mente y el alma. 

Cuando educas, aclaras el propósito de Dios en su creación, hasta que todas las oportunidades disponibles para todo ser humano empiecen a emerger y a hacerse visibles. Nuestra mente debe aprender a identificar posibilidades. Así como la falta de creatividad es un comportamiento aprendido, no ver las infinitas oportunidades a nuestro alrededor es un comportamiento aprendido y el resultado de un espíritu potcho.

Por eso educamos, para destruir mentalidades erróneas y barreras culturales heredadas. Instruimos para transformar un espíritu que vaga cobardemente en uno con un deseo insaciable de conocer a Dios y todo lo que ha puesto al alcance de todos

Educamos para formar una comunidad llena de humildad y de un extraordinario y generoso amor. 

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Una respuesta

  1. Dios los bendiga muchos quisiéramos poder tener la oportunidad de que nu nuestros hijos pudieran estudiar en una escuela con los valores que tiene escuela la Dios los siga bendiciendo infinitamente que sigan haciendo bien al mundo que tanto lo necesita

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