Los 3 elementos para una buena educación

Una frase en inglés que escuché dice «To teach them, you have to reach them». Podemos traducirla como: «Para enseñarlos, primero debes alcanzarlos». Esta frase hace referencia a la importancia de la correcta relación de un maestro con sus alumnos, y de cómo esa relación afectará directamente en el proceso de educación. «Alcanzar» significa llegar hasta donde alguien o algo más está. «Alcanzar» demanda un esfuerzo, una estrategia o un análisis previo. Entonces, ¿qué significa o qué implica alcanzar a un alumno?

«Alcanzar» a un alumno nos habla de entenderlo, conocer sus fortalezas y poder guiarlo en sus debilidades; tener una relación con el alumno, estar realmente interesado en su crecimiento, honrar sus capacidades, verlo más allá de un número en una lista o una calificación en una boleta. «Alcanzar» a nuestros alumnos implica tener un vínculo de confianza con ellos. Es en ese lugar de suma confianza, donde nuestros alumnos podrán amar, buscar y obtener conocimiento.

Un estudio hecho por la universidad de Harvard, analizó los resultados de encuestas de clima y cultura organizacional de alrededor de 80 mil empresas exitosas. Determinaron que uno de los factores más importantes para el éxito en las empresas, era la cantidad de confianza que los empleados tenían hacia los jefes y directivos. En un espacio de confianza se promueve un ambiente óptimo para el crecimiento, el aprendizaje y la innovación. A raíz de este estudio, se determinó que hay 3 elementos claves para aumentar la confianza. Los líderes interesados en obtener resultados exitosos deberían estar prestando atención a estos elementos: experiencia, consistencia o integridad y relaciones positivas.

El primer elemento apunta a qué tan preparado está el líder (o educador) para el puesto que tiene. En las diferentes preguntas hechas en la encuesta de «clima y cultura organizacional», se analizaban datos como qué tan informado está el líder, qué tanto se puede confiar en sus ideas y opiniones, si otros buscan a ese líder para obtener su opinión o si ese líder puede responder rápidamente para proponer soluciones a problemas.

La consistencia o integridad es el segundo elemento. Este se refiere a la capacidad del líder para hacer aquello que predica. En este punto, se miden cosas como la capacidad del líder para ser un modelo a seguir, su capacidad para cumplir su palabra, su involucramiento con el equipo, etc.

El tercer elemento, son las relaciones positivas. Hablan de la capacidad que tiene el líder para formar relaciones sanas entre él o ella y sus colaboradores y compañeros. Aquí se observan acciones como la intencionalidad del líder para permanecer en contacto con otros, cómo genera unidad en vez de competitividad o división, cómo ayuda a que los conflictos se resuelvan, su capacidad para dar retroalimentación valiosa y útil, etc.

Así como un líder, un maestro debe estar sumamente interesado en promover la confianza en su salón de clases. Si bien este estudio está hecho específicamente en empresas, creo firmemente que promover un ambiente de confianza en el aula, será de suma ayuda para el desarrollo y crecimiento de nuestros alumnos.

Entonces, ¿cómo pueden verse estos tres elementos aplicados al educador como líder de su salón de clases? Te dejo algunos ejemplos, pero te animo a que sigas pensando qué cosas puedes hacer tú como líder para crecer en provocar confianza y así alcanzar a tus alumnos.

1. Experiencia. No somos maestros perfectos, pero busquemos ser educadores que no dejen de aprender. Toma el tiempo y pon el esfuerzo necesario para prepararte en cada tema y lección que impartes. Sigue buscando formas de crecer personalmente. Busca cursos, conferencias, capacitaciones o talleres que aporten al desarrollo de tu labor como educador. Aprovecha todas las herramientas que el Sistema Educativo LAM te ofrece. Sé consciente de tus áreas de oportunidad y establece planes o estrategias para mejorar. No dejes de aprender y adopta una actitud expectante ante el conocimiento.

2. Consistencia. Si estás buscando que tus alumnos sigan las reglas, sé el primero en seguirlas. Si quieres que tus alumnos sean ávidos lectores, sé el primero en amar la lectura. Emociónate por aprender. Cumple tu palabra, aún y cuando para ti sean cosas pequeñas; por ejemplo, si dices que llevarás un premio, llévalo. Sé honesto y transparente en tu trato con tus alumnos y con otros colaboradores. Así mismo, recuerda que eres un educador todo el tiempo; tu trabajo no termina al salir del salón de clases.

3. Relaciones positivas. Enfócate en crear vínculos reales con tus alumnos. Interésate por aquello que les interesa e incluye esas cosas en el proceso de aprendizaje. Conócelos y deja que te conozcan. Sé vulnerable en tus propios procesos y muéstrate empático y compasivo con los procesos de tus alumnos. Escúchalos, ora por ellos y hazles saber que estás a favor de ellos.

Recuerda que para enseñarlos, primero debemos alcanzarlos. Estoy segura de que tienes muchos más ejemplos de cómo promover un ambiente de confianza. No dudes en dejar tus comentarios para que todos podamos aprender y crecer juntos.

Bibliografía:

The 3 Elements of Trust by Jack Zenger and Joseph Folkman https://hbr.org/2019/02/the-3-elements-of-trus

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