Las palabras: clave en la formación de los niños

Para nosotros los adultos, las palabras son vocablos con un significado. Nos hemos acostumbrado a ellas, casi sin prestarles atención la mayoría de las veces.

No es así para los niños.

Para los niños es la manera como se van formando y las relacionan con experiencias, sentimientos, y significados. Los cinco sentidos de los niños entran en acción para entender cada palabra. No las reducen, ni las minimizan.

Por ejemplo, la palabra mamá se relaciona con la persona que los ama, los acaricia, los alimenta y los protege. Es la cara que ven todo el tiempo. Perciben su comportamiento, su olor y su tono de voz.  No es sólo una palabra que le enseñaron y le dijeron: «Así la debes llamar». Él ahora entiende qué es mamá.

Debemos estar conscientes que muchas veces ignoramos el efecto de las palabras en nuestros hijos. No nacen con miedo a nada, pero de pronto la palabra: ¡Cuidado! entra en acción. Esta palabra es diferente, el tono los desconcierta, los alarma y la relacionan con el sentimiento de miedo.

Miedo no es algo que pueden tocar, no lo pueden ver, van aprendiendo poco a poco lo que es el peligro y los asusta. El desafío es que si no se enseña con sabiduría, se van acostumbrando a vivir con el miedo.

Los padres debemos estar conscientes que las palabras tienen un efecto para vida o para muerte en la vida de nuestros hijos. Por tanto, siempre debemos ser intencionales en enseñar el significado de las palabras, y proporcionar la experiencia para entenderlas.

Por ejemplo, a los niños pequeños se les puede enseñar la palabra «suave» con una tela. Que sus manos sientan lo que es la suavidad. O la palabra «áspero» se entenderá si tocan una superficie rugosa.

Recuerdo cuando enseñé el concepto: «mitad» a mi hija de tres años. Partiendo una naranja le enseñe las dos partes perfectamente iguales. Eso era una mitad.

Ella aprendió a reconocer la mitad, todas las veces que partíamos los tomates, los limones o las papas.

Es una maravilla como el lenguaje va siendo parte del individuo. Cuando escuchas ciertas palabras, evocas toda clase de recuerdos y experiencias. En otras, encuentras la fuerza para lograr cosas, así como para avanzar.

A través de las palabras vamos formando el criterio, la base del pensamiento y el carácter. 

Los padres y educadores debemos amar las palabras. ¡Nunca debe faltar un diccionario en nuestro bolsillo! El mundo de nuestros hijos será tan grande como la cantidad de palabras que conozcan.

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