La importancia de las primeras conexiones para un futuro exitoso

 ¿Has tenido que lidiar con alguna inseguridad?

Todos hemos tenido episodios de inseguridad y conocemos perfectamente la sensación tan incómoda dentro de nosotros. Sentirnos observados y con mucha vergüenza es algo horrible que nos paraliza y no nos permite actuar con naturalidad.

Sabemos que hay distintos tipos de inseguridades y distintos niveles de tensión que un niño puede llegar a experimentar. No es lo mismo que un niño se sonroje de vez en cuando y lo supere, a un niño que quiere evitar a toda costa el contacto con los demás por miedo al rechazo.

La inseguridad es una de las principales barreras del aprendizaje, esto, porque es fácil retroceder a lo desconocido por el miedo y sólo mantenerse en la comodidad de lo que ya se conoce. Para aprender hay que ser valiente y enfrentarse a la incomodidad, cosa que un niño inseguro difícilmente logrará.

El autor Fredy Kofman en su libro METAMANAGEMENT, comenta cuáles son los principales enemigos del aprendizaje y encontramos los siguientes tres:

1. Miedo a ser incompetente

Cuando nos damos cuenta de que no somos tan calificados en algo, nos perfilamos cada vez más en lo que realmente somos buenos, o bien, nos sentimos impulsados para seguir intentándolo hasta ser cada día mejores. En esta parte del aprendizaje necesitamos luchar contra las inseguridades y vencer el miedo a no obtener el resultado deseado. Recordemos que el primer paso del aprendizaje es aceptar que carecemos de conocimiento.

2. Vergüenza

En ocasiones el proceso de aprendizaje te hará pasar vergüenzas, ya que este proceso conlleva errores. Por lo que un niño inseguro al momento de cometer un error se centrará en la vergüenza y lo paralizará. Nuestros niños tienen que aprender a sobrellevar este sentimiento, ya que aceptar nuestras equivocaciones es una parte clave dentro de la curva de aprendizaje.

3. Desconfianza

La confianza en uno mismo es vital para tener éxito en cualquier disciplina, dado que desconfiar crea un obstáculo que dificulta y hasta llega a imposibilitar el aprendizaje. Los niños que no confían en sí mismos, se llenarán de negatividad y su mente les afirmará que no hay posibilidad de lograrlo.

Estos enemigos del aprendizaje pueden paralizar a los niños, impidiéndoles avanzar y desarrollarse plenamente.

La buena noticia es que hay algo muy poderoso que podemos hacer en la edad temprana de nuestros niños para forjar su carácter y prepararlos para una vida maravillosa. 

El desarrollo cerebral de un niño durante los primeros años de vida es un fenómeno extraordinario y crucial. Russell Horton, doctor en osteopatía, señala que entre el 85% y el 90% del cerebro de un niño se desarrolla antes de los 5 años. Este período inicial de la vida es fundamental, ya que el cerebro se desarrolla a un ritmo sin igual en comparación con cualquier otro momento de la vida.

El desarrollo y la seguridad de un niño están intrínsecamente ligados a varios factores clave que nosotros como adultos tenemos la responsabilidad de otorgarlos. Estos incluyen la capacidad de conectar, hablar, jugar, un entorno hogareño saludable y una comunidad sólida. Es a través de estas interacciones que los niños pueden alcanzar su máximo potencial, desarrollar su seguridad personal, fortalecer sus relaciones y establecer las bases para un futuro grandioso.

Es esencial comprender que estas interacciones deben ser tempranas y frecuentes. La clave reside en proporcionar a los niños conexiones significativas desde el principio. La falta de estas interacciones puede generar confusión y estrés en los niños, lo que puede tener un impacto de por vida en su desarrollo.

Las relaciones positivas con los adultos desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la confianza en los niños. Estas relaciones les brindan el apoyo necesario para enfrentar los desafíos, aprender, experimentar y expandir su creatividad. Para los niños, estas interacciones van más allá del simple juego; representan su futuro.

Recuerda siempre: el período de desarrollo inicial de un niño es fundamental para su crecimiento y bienestar a largo plazo. Conectar, hablar y jugar con los niños desde una edad temprana no sólo es importante para su desarrollo cognitivo y emocional, sino que también sienta las bases para un futuro lleno de posibilidades y éxito. Como adultos, tenemos la responsabilidad de proporcionar a los niños las herramientas y el apoyo necesarios para que puedan alcanzar su máximo potencial y prosperar en la vida.

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Nombre *
Correo *
Teléfono *

¿Ya conoces nuestro Blog LAM?

¡Regístrate a nuestro Newsletter y obtén envío gratis!*
Nombre *
Apellido *
Ciudad *
Teléfono *
Correo *

*Aplica solo para la república mexicana.
Ingresar