Mi nombre es Joel Prieto. Soy arquitecto de profesión y actualmente trabajo para una empresa de construcción muy grande a nivel nacional. Mis papás notaron mi interés por la música desde pequeño y nos ayudaron a mi hermano mayor y a mí a tomar clases con maestros particulares.
En mi caso, yo me incliné más por el piano mientras que mi hermano por la guitarra. Durante nuestra etapa de crecimiento tomamos clases durante 6 años, y pasado este tiempo se volvió un método de aprendizaje no sólo musical sino espiritual al tener momentos con Dios a través de la música.
La música mejora significativamente las capacidades motoras y de razonamiento. Con la música conseguimos activar los dos hemisferios del cerebro y crear más conexiones entre ellos.
Por ejemplo, la disciplina es una herramienta muy poderosa para aprender cualquier tema. Al practicar un deporte, aprender técnicas de pintura o tocar un instrumento musical desarrollamos la disciplina y la constancia.
Mi mamá fue maestra en educación especial (ya está jubilada) y siempre nos impulsó a no dejar de aprender. Nuestros padres nos involucraron en diferentes actividades desde pequeños, pero la música fue lo que detonó algo especial en nosotros.
Existen estudios en donde se señala que la estimulación musical influye positivamente en el desarrollo académico y social de las personas. En las etapas de la infancia se sugiere fomentar la exploración de sonidos, cantar y hacer música utilizando juguetes infantiles. Lo que he visto en mi experiencia personal es que la música permite que los niños aprendan otros idiomas, mejoren su entendimiento en las matemáticas ya que desarrolla su memoria, ayuda a ordenar y organizar sus ideas, los hace responsables y también los convierte en niños más sociables.
Cada niño aprende de manera diferente; hay quienes son muy buenos al instante y otros que necesitan trabajar en repeticiones, pero no hay alumno malo; sólo es cuestión de identificar el método de aprendizaje correcto.
Algunos de los beneficios de la música en los niños son la: disciplina, constancia, creatividad, concentración, relajación, entre otros.
La música es un tipo de lenguaje universal, por lo tanto, es una excelente herramienta que podemos utilizar para potenciar el desarrollo integral de los niños y niñas.
Si tú como papá, mamá o maestro no tienes las herramientas musicales en las edades tempranas de tus hijos o alumnos, te sugiero que empieces por canciones fáciles de aprender. Abre la imaginación y haz a un lado el qué dirán para darles esa confianza y apertura a los niños de no tener vergüenza por cantar, gritar, o bailar (con música).
Papás y maestros, mantengamos el asombro por la música, tratemos de enfocar el aprendizaje de un instrumento musical más allá de lo que actualmente vemos porque más adelante se verán los resultados del trabajo, la disciplina y la constancia.
