La importancia de establecer rutinas a los niños

Al escuchar la palabra «rutina», podría parecer que se trata de algo cansado o aburrido. Seguramente has escuchado a alguien decir: «Estoy cansado de la rutina». Sin embargo, el tener rutinas desde temprana edad es algo que nos ayudará a tener confianza y constancia en nuestro futuro. 

Antes que nada, ¿qué es una rutina? Es una costumbre y secuencia de actividades que se hacen diariamente, las cuales nos permiten mantener un orden y una estructura. Indudablemente, todos tenemos rutinas, ya sean buenas o malas. Estas nos han llevado a la creación de hábitos en nuestra vida. Es por ello que es tan importante el iniciarlas con nuestros pequeños desde temprana edad. 

Es de suma importancia recordar que tú como adulto eres el ejemplo a seguir de tus hijos y/o alumnos. Analiza un momento las siguientes preguntas:

En tu día a día, ¿cómo son tus rutinas? ¿Son días planeados o siempre son a las carreras? ¿Hay algún orden en tu día o simplemente lo dejas fluir? ¿Cómo te sientes cuando algo no sale como tú lo planeaste? ¿Hay algún sentimiento de frustración cuando tu rutina es alterada? 

Definitivamente, siempre habrá factores que se salgan de nuestras manos y alteran nuestra rutina. Sin embargo, nuestra manera de reaccionar ante aquellas situaciones será la clave para tener estabilidad. Si nosotros como adultos llegamos a sentir frustración o incluso ansiedad ante estas situaciones cambiantes, imagina cómo se sentirán los niños cuando algo no sale como ellos esperaban.

Es por ello la importancia de las rutinas en niños, pues estas además de generar aprendizaje sobre su entorno, al conocer y saber el rol que juegan en cada área de su día a día, también les proporcionan seguridad y confianza. 

El tener diferentes rutinas desde temprana edad ayudará a los niños a aprender sobre la noción que ellos tienen en cuanto al tiempo y espacio. Será una de las maneras en que les enseñamos a comprender el concepto del tiempo, ya que para ellos su percepción del tiempo es algo abstracto, pues difícilmente logran distinguir entre horas o minutos. Al poder proveer rutinas, podrán distinguir el tiempo como una secuencia de sucesos, por ejemplo, podrán comprender que después de la escuela, es tiempo de llegar a casa, comer, realizar sus tareas y hacer otros deberes que ya tengan organizados. Al tener las mismas actividades todos los días, les permitirá ser más organizados y estructurados.  

Al no contar con rutinas establecidas, y dar oportunidad a que existan situaciones y actividades en un cambio constante, será un factor de interferencia en el desarrollo emocional y en la estabilidad de los niños. Cuando no hay estabilidad y hay días en donde no saben qué está ocurriendo, puede ser un detonante de ansiedad y de emociones que son manifestadas en un mal comportamiento.

¿Qué pasa cuando los niños salen de vacaciones escolares? ¿Cómo es su comportamiento en casa durante este tiempo? 

Sin duda, en las temporadas vacacionales los niños toman conductas diferentes a las habituales, se perciben más inquietos y llenos de una energía incontrolable. Esto se debe a que pierden totalmente su rutina. 

¿Qué pasa cuando ellos regresan a clases? Su comportamiento cambia de inmediato, regresan a su rutina en donde deben cumplir con ciertas responsabilidades. Su conducta, sus emociones e incluso su energía, son reguladas.

Cuando no hay estructura, orden y una rutina, sus emociones y conductas se ven alteradas. Los niños que no saben qué se espera de ellos o cuál es la actividad siguiente, pueden ser más reactivos ante cualquier estímulo, suelen aventar cosas, gritar y tener un comportamiento hiperactivo.

Definitivamente hay cambios impredecibles, los cuales no podemos controlar. Pero al tener una rutina, hará que la reacción ante estos cambios repentinos se convierta en una mejor reacción, en donde no habrá cabida a la frustración o ansiedad. 

Si aún no tienes rutinas definidas o simplemente quieres reorganizarlas, a continuación te enlisto algunos consejos que te pueden ayudar:

1. Seamos el modelo que ellos necesitan.

Para introducir valores y hábitos saludables con nuestros pequeños, recuerda que lo más importante es saber que tú eres su ejemplo. Muchas veces nos cuesta cambiar hábitos, y esto se debe a que no los llevamos como base desde pequeños. Los hábitos en la infancia son los que perdurarán por el resto de la vida. 

2. Plasma tus rutinas de manera visual.

Te animo a realizar un calendario de rutinas con imágenes, incluso fotografías de ellos realizando la actividad que se incluye en la rutina. También, asegúrate que se encuentren en un lugar con una buena altura, para que sea visible para ellos. Este punto es importante, ya que en la mayoría de los casos en donde los niños no pueden realizar una actividad de manera correcta, es porque no lo hemos enseñado en la manera en que ellos lo necesitan.

3. Define sus rutinas fomentando la creación de buenos hábitos futuros.

  • a) Hábitos de higiene:
    Enséñales que una correcta higiene debe ser parte importante de sus actividades diarias, muéstrales cómo lavarse los dientes de manera correcta, a ir al baño y limpiarse como debe ser, bañarse diariamente, lavarse las manos constantemente y siguiendo los pasos correctos.
  • b) Hábitos de sueño:
    Es importante tener horarios establecidos para dormir las horas recomendadas según la edad de cada niño. Establece un horario para dormir y un horario para despertar. Si es necesario, también fija un horario para siestas en el día. Aparte de ser un buen hábito, el dormir correctamente permite tener días productivos, y que su organismo funcione de una manera eficaz y correcta.
  • c) Hábitos de buena alimentación: En cada comida, incluye frutas y verduras, alimentos ricos en vitaminas, consumo de agua natural y alimentos ricos en fibra. Usa tu imaginación, crea platillos ricos y divertidos con los alimentos.
  • d) Hábitos de ejercicio:
    Aprovecha el juego como un medio para poder tener actividad física, también pregúntales cuáles son sus intereses deportivos, esto hará que ellos vean el deporte como algo divertido.
    El juego es una herramienta importantísima en donde además de conectar con ellos, podrán aprender juntos. Incluye juegos libres y también juegos estructurados para desarrollar habilidades motrices específicas.
  • e) Hábitos de orden y cuidado de las cosas:
    Podrá depender de la edad de cada niño, sin embargo, desde pequeños podemos iniciar a inculcar el hábito del orden. Puede ser desde algo simple como recoger sus juguetes cuando termine de usarlos, ordenar su cama desde que se levantan, ayudar a recoger los platos cuando terminan de comer, e incluso hacerles saber el valor de las cosas, que todo lo que hay en casa es porque ha costado y deben cuidarlo.
  • f) Hábitos de juego y lectura:
    Te invito a que organices tu día y dediques tiempo especialmente para jugar con ellos, procura tener un tiempo de calidad donde puedan tener un juego libre, y que esto se convierta en parte de la rutina de ambos. También incluye un tiempo de lectura, fomenta este hábito, en donde ellos además de escuchar un cuento o alguna historia, puedan dejarse llevar por su imaginación y aprendan a amar el leer. Crea vínculos fuertes con ellos, desconéctate de tu celular, y dedica un tiempo especial para ellos, donde se escuchen, platiquen y les des mucho amor.
  • g) Regula el uso de dispositivos electrónicos: La tecnología es parte de nuestro día a día, en el contexto de pandemia, las tablets y computadoras se han hecho parte de nuestras herramientas tanto en la escuela como en la oficina. Sin embargo, el uso de estos aparatos debe ser regulado. Te invito a que leas el siguiente artículo en donde encontrarás el tiempo sugerido según la edad, para el uso de los dispositivos electrónicos, además de algunos consejos de gran utilidad.

 

4. Procura respetar y seguir las rutinas que tienes establecidas.

En ocasiones esto saldrá de tus manos, pero intenta que cada día se respeten las rutinas que has marcado para ellos y para ti. Recuerda que el tener una estructura y un orden será de gran bendición. 

Dios nos ha llamado a vivir una vida de orden, y por medio de este mismo orden estaremos honrando la vida de nuestros niños. 

Las rutinas nos ayudan a llevar conductas que generan aprendizaje de vida. Y cada rutina nos lleva a un hábito, este hábito se convierte en carácter, y al final termina siendo parte de nuestro destino.

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