La clave de la educación son los maestros

Cuando escuchamos la palabra «educación», inmediatamente nuestra mente asocia una escuela, un salón de clases con niños, butacas, libros y un maestro.

 

Pero ¿cuál de todos estos elementos es la clave dentro del área educativa? ¡Los maestros!

Juan Comenio decía que «Educar es devolver la imagen de Dios en el niño», porque el niño fue creado a la imagen y semejanza de Dios. Es por eso, que la labor del maestro es clave ya que tiene expuestas vidas y almas que formar.

Desde los primeros años de la infancia, el maestro se convierte en uno de los pilares de formación en un entorno escolar. Para muchos niños y niñas su maestro o maestra se convierte en un guía o una persona que les inspira.

Cuando era pequeña muchas veces llegué a decirle «mamá» a mi maestra, porque la veía como una figura materna, una persona que podía protegerme y alguien que con su ejemplo en clase se parecía a mi madre.

Si eres maestro, debes tomar en cuenta que tu vida está impactando en todo momento. No olvides que tus consejos y palabras pueden ser la orientación o destino para otra vida.

Me gustaría compartirte una experiencia personal que determinó lo que hoy soy.

Cuando estaba cursando sexto semestre, el último de la preparatoria, se aproximaban las fechas para sacar ficha y aplicar al examen de admisión para la universidad.

Pasé meses pensando qué elegir, pero no me veía siendo enfermera, doctora, abogada u otro estilo de profesión. Como estaba en la capacitación de «Comunicación», el maestro de dicha clase me invitó a ser maestra de ceremonias en un pequeño evento de oratoria dentro de la misma escuela.

Con mucho temor y cero experiencia, me animé a participar y apoyar el evento. Al terminar, el maestro me felicitó por la dirección que llevé y me dijo una afirmación que impactó mi vida: «Eres mi voz favorita».

En conversaciones posteriores que tuve con él en clase, me aconsejó estudiar comunicación. ¡Y me animé! 

Actualmente soy licenciada en Ciencias de la Comunicación y aunque ahora no me desarrollo en televisión o radio, puedo decir que disfruté lo que estudié y me gusta lo que actualmente hago. Hay momentos donde personas me han pedido ayuda para dirigir o llevar a cabo ciertos eventos y siempre recuerdo las palabras de mi maestro.

Creo que, sin su motivación y palabras en ese momento, seguiría indecisa de la elección para mi futuro, pero él fue una pieza clave para elegir el rumbo de mi vida.

 

Estoy agradecida porque hubo un maestro que supo ser maestro. 

Sé que, como en mi caso, hay muchos más. Muchos fueron inspirados por la pasión de su maestro y aspiraron a ser como ellos. 

Maestro, ¡tú eres y seguirás siendo la clave! 

Estoy segura de que Dios te llena y te seguirá llenando de su sabiduría para desempeñar esta maravillosa labor.

 

 

 

Ahora que sabes que tú eres una pieza clave en la educación, te daré cuatro consejos para impulsar tu labor como maestro.

1. Enseña dos cosas a la vez.

Como quién imparte las clases, es importante que tomes en cuenta que enseñas dos cosas a la vez: 

1. Comportamiento

2. Conocimiento

Un aprendizaje completo y correcto siempre va de la mano de comportamiento y conocimiento.

¿Por qué no puedes enseñar sólo conocimiento? Porque nuestros niños no son sólo mentales. 

Como maestro no debes ignorar que, si el niño no sabe poner atención, no va a aprender. Si el niño no sabe escuchar, no va a aprender. 

Se necesita siempre uno del otro para lograr un conocimiento completo.

 

2. Enseña respeto. 

Insiste en el respeto hacia el conocimiento, la verdad, los maestros, los compañeros de clase y a sí mismos.

Los valores son parte integral del aprendizaje de un niño y el respeto es primordial de ser enseñado.

 

3. Enseña a superar fracasos (el alumno aprenderá sobre resiliencia).

Tanto enseñar como aprender es un proceso difícil. Como maestro verás casos de niños que se sienten desanimados porque no entendieron o aprendieron bien un tema. 

Tú función es apoyarlo, levantarlo, animarlo y ser comprensible hasta que él pueda lograrlo.

Dice la Palabra en Filipenses 4:13: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».

Eres tú el instrumento que Dios utilizará para que el alumno no se dé por vencido.

 

4. Brinda palabras de aprobación.

«Las palabras suaves son un árbol de vida; la lengua engañosa destruye el espíritu». Proverbios 15:4 NTV

Tal como la Biblia nos enseña, las palabras son un árbol de vida. Todo lo que decimos y cómo lo decimos, afectan de forma positiva o negativa en la vida de un niño.

Cada logro que observes de tus alumnos, ¡hazlo notar! Su autoestima y motivación se verán afectadas positivamente y estoy segura que tus palabras serán un regalo a su corazón.

No olvides que como educador, siempre estás siendo observado por tus alumnos. Cada acción, cada gesto, cada reacción y cada palabra están mostrando y enseñando.

¡Esfuérzate y sé valiente que el Señor está de tu lado!

 

Referencia: Video Masterclass / Pastora Tita Bremer.

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