Es importante considerar que todo lo que vemos comenzó con un concepto y que este concepto pudo
expresarse en lo que hoy llamamos «palabra».
La palabra, entonces, es la forma concreta de una imagen o concepto que hoy percibimos. Estas palabras se
encadenan formando estructuras legibles— frases, poemas y otras manifestaciones textuales— que nos
permiten establecer una conexión entre lo que la mente y el corazón sueñan y lo que vivimos como realidad.
Es por eso que nosotros como educadores tenemos que considerar siempre la importancia del «verbo», y
de los conceptos fundamentales que producen el lenguaje del alumno. Hay que construir una experiencia
educativa que, primeramente, cultive el paisaje interior del alumno. Este paisaje se embellece con contacto
creativo, con oportunidades de solucionar problemas reales, con momentos para disfrutar y contemplar las
maravillas del mundo que nos rodea. El fruto de un paisaje interior bien cultivado es un deseo para
expresarse o sea trasmitir el contenido de la imaginación por medio del arte textual.
La educación bien lograda le permite al alumno compartir de su creatividad con los demás. Un alumno que
carece de este tipo de educación, se siente fundamentalmente limitado en su capacidad para la expresión.
Ese estudiante, por no sentirse ni oído ni comprendido padece de un resentimiento existencial que produce
un carácter herido, agresivo y disfuncional. Ése ni se expresa, ni se conecta con los demás y, como
resultado de eso, nunca llega a realizar la plenitud de su humanidad.
A nosotros nos toca la labor de alimentar la imaginación de nuestros alumnos con ricos ejemplos de la
expresión. Los textos—aun los textos audiovisuales—proveen herramientas lingüísticas y literarias que le
ayudan al alumno en la expresión de su realidad interior. Nuestra meta entonces debe ser inspirar al alumno
para que viva una vida inspiradora. Ese tipo de estudiante reconoce y prefiere el poder de la palabra sobre el
poder de las armas. Ese tipo de estudiantes, maneja el poder de la expresión para el bien de la humanidad.
—WTR
