El poder de la lectura

Si pudieras dar a tus alumnos un suplemento que les diera estas ventajas, ¿lo harías?

  • Mejor y más amplio vocabulario.
  • Mejores ideas y más creatividad.
  • Mejor ortografía.
  • Hasta un año de ventaja al entrar a la universidad.
  • Mejor autoestima.
  • Y, por si fuera poco, que lean la Biblia, la disfruten y la entiendan. ¡Qué conozcan a su autor!

 

¿Cuánto pagarías? ¿Cuánto pagarían los padres de tus alumnos?

¿Y si supieras que todo esto es lo que les puedes dar a tus alumnos con tan sólo 15 minutos al día? ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar?

Los estudios y las investigaciones demuestran que tan sólo 15 minutos de leerle en voz alta a tus alumnos es suficiente para que se conviertan en lectores voraces. Seguro has visto a estos «lectores voraces», ese bicho raro que se la pasa leyendo—en el camión, en la parada, en la escuela, en el recreo, en la sala de espera, etc. 

Si logramos que los alumnos lean por gusto, lo harán el resto de sus vidas. Está demostrado que los lectores voraces tienen mejores puestos, ganan más dinero, son más empáticos, viven muchas experiencias (a través de los personajes de sus libros), saben manejar mejor sus emociones… ¡y la lista es interminable!

¿Pero cómo se hace?

Literal, tomando un libro y leyéndolo en voz alta al grupo entero. Si el libro lo seleccionas con cuidado, y les interesa a tus alumnos, guardarán silencio. Nadie se resiste a una buena historia.

Pero no termina ahí. Si de verdad anhelas que tus alumnos sean lectores salvajes, entonces tienes que darles:

  1. Un material para leer (revista, libro, comic) que el alumno escoja.
  2. Un tiempo para leer (10-30 minutos al día). 
  3. Un lugar para leer (sillón, rincón o debajo de la mesa).

 

¡Listo! La receta está completa. Ahora es muy importante que no lo arruines con reglas o controles. Recuerda que queremos que sean lectores por gusto, no por obligación.

Si sigues los siguientes consejos, en unos días comenzarás a ver a lectores insaciables en tu escuela:

  • No les digas tú qué leer, deja que lo escojan ellos mismos.
  • No les pidas reportes o que hagan exámenes de comprensión. Esto lo hace una obligación, queremos que sea por placer.
  • Consigue libros que les gusten.

 

Y, por último, sé tú el primer lector de tu salón. No hay nada más poderoso que ser el modelo de la acción. Si te ven leer y disfrutar un libro, si les platicas de lo que estás leyendo y te ríes (puede ser algo trivial y divertido), habrás sembrado la semilla que se convertirá en un lector insaciable, voraz y salvaje.

 

Bibliografía:

https://queretarochristianschool.com/el-poder-de-la-lectura 

 

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