Como maestros de preescolar, el objetivo es ayudar a los niños a desarrollar habilidades importantes, como la comunicación y el lenguaje. Para lograr esto, es esencial tener un vocabulario amplio y variado que permita comunicarse efectivamente con los niños y ayudarles a ampliar su propio vocabulario.
El lenguaje del profesor es importante, pero no puede compensar que el alumno haya aprendido poco antes de la edad escolar. La importancia del lenguaje de los padres queda ilustrada en una famosa investigación de Betty Hart, Todd Risley y Louis Bloom (1995). Los investigadores hicieron un estudio en Kansas City en los Estados Unidos: grabaron a 42 niños desde los seis meses hasta sus tres años, para investigar cómo era su desarrollo lingüístico.
Los niños pertenecían a grupos sociales diferentes y como se trataba de niños tan pequeños, casi toda la influencia lingüística en el niño provenía de la familia. Algunos niños eran hijos de universitarios, otros de padres de clase media, y otros más de personas que vivían de subsidios sociales. El propósito era entender cuáles eran las diferencias en el desarrollo del lenguaje de los niños y cómo surgían. Para estudiar este tema, se grabó cada mes una hora de conversación entre el niño y diferentes adultos.
El material se analizó de manera profunda, y el resultado principal es que, a los tres años de edad, los niños más desarrollados tenían un vocabulario de 2,100 palabras activas y los niños con el vocabulario menos desarrollado sabían 700. Los investigadores adjudican la diferencia, en primer lugar, al número de palabras que los cerebros de los niños habían escuchado y que disponían para analizar la lengua. Estiman que los niños más avanzados habían oído en promedio 30 millones de palabras (y hasta 42 millones en un caso), y los niños menos desarrollados quizá 10 millones.
También había una diferencia de calidad, porque los niños de los universitarios recibían explicaciones y los adultos conversaban con ellos; los padres desempleados se dirigían a sus hijos a través de órdenes y prohibiciones. En las grabaciones se nota que algunos padres de poca educación utilizan un vocabulario similar al de los niños de tres años de padres universitarios. En el seguimiento posterior de los niños del grupo investigado se vio que el vocabulario no aumentaba del mismo modo para todos, sino que los que más palabras saben, aprenden más rápidamente. ENKVIST (2016)
Esto nos indica la gran importancia que se tiene al formar a cada niño con un lenguaje rico, proveniente de los padres, educadores y libros.
Aquí hay algunos términos y palabras que todo maestro de preescolar debe aplicar:
1. Nombres de colores y formas básicas. Los colores y las formas son conceptos importantes que se introducen en la educación preescolar.
2. Nombres de animales comunes y sus sonidos. Los niños están fascinados por los animales y es importante poder nombrarlos y describir sus características.
3. Nombres de objetos y utensilios comunes. Desde los lápices y las tijeras hasta los juguetes y la ropa, es importante que los niños puedan nombrar y describir los objetos que les rodean.
4. Palabras de acción. Saltar, correr, caminar, son verbos esenciales para la comunicación efectiva.
5. Palabras de emociones y sentimientos. Los niños deben poder nombrar sus emociones y sentimientos para poder comunicarse de manera efectiva con otros y desarrollar habilidades sociales y emocionales saludables.
6. Palabras relacionadas con la familia y la comunidad. Padres, hermanos, amigos, vecinos, etc.
7. Términos básicos de la educación. Leer, escribir y contar.
8. Palabras y frases de aliento y motivación: «¡Bien hecho!», «Puedes hacerlo».
9. Términos relacionados con la higiene y la salud: Lavarse las manos, cepillarse los dientes, estar sano, etc.
10. Palabras de tiempo: Hoy, mañana, ayer, día y noche.
Recuerda que estos son sólo algunos ejemplos de términos y palabras importantes que todo maestro de preescolar debe aplicar. Es importante tener un vocabulario amplio y variado que nos permita comunicarnos efectivamente con los niños y ayudarles a desarrollar sus propias habilidades lingüísticas y sociales.
Además, hay que recordar recordar que la comunicación debe ser clara y precisa para que los niños puedan entender, seguir las instrucciones y aprender de manera efectiva. Como maestros de preescolar, nuestra habilidad para comunicarnos efectivamente es esencial para el éxito de nuestros estudiantes y su desarrollo en el futuro.
Para enseñar lenguaje correctamente es necesario seguir algunos pasos fundamentales:
a) Planificación. Es importante planificar la enseñanza del lenguaje de forma sistemática, teniendo en cuenta los objetivos, los contenidos, las estrategias y los recursos didácticos que se van a utilizar. Esto permitirá una enseñanza coherente y eficaz.
b) Contextualización. Es fundamental que la enseñanza del lenguaje se haga en un contexto significativo y real para el alumno, de forma que pueda establecer relaciones entre el lenguaje y su entorno, y aplicar lo aprendido en situaciones reales.
c) Atención a la diversidad. Ten en cuenta las diferencias individuales de los alumnos y adapta la enseñanza a sus necesidades y estilos de aprendizaje. Esto puede implicar utilizar diferentes estrategias, recursos y materiales didácticos.
d) Enfoque comunicativo. Es una forma efectiva de enseñar lenguaje, ya que se centra en el uso real del lenguaje en situaciones comunicativas cotidianas. Esto implica el uso de actividades que fomenten la interacción oral y escrita entre los alumnos.
e) Evaluación. Es necesaria para comprobar si los objetivos de enseñanza del lenguaje se han alcanzado y para identificar las fortalezas y debilidades de los alumnos. La evaluación debe ser continua y formativa, y debe incluir diferentes tipos de instrumentos.
f) Fomentar la lectura y escritura. Es fundamental desde edades tempranas, ya que estas habilidades son fundamentales para la adquisición de un buen nivel de lenguaje. Se pueden utilizar diferentes estrategias para fomentar la lectura y la escritura, como la lectura compartida, la escritura creativa, entre otras.
En resumen, para enseñar lenguaje correctamente se debe planificar, contextualizar, atender a la diversidad, utilizar un enfoque comunicativo, evaluar de forma continua y fomentar la lectura y escritura. De esta forma, se podrá garantizar una enseñanza efectiva y significativa del lenguaje a los alumnos.
Referencia: ENKVIST, I. (2016). El complejo oficio del profesor (1.a ed.). FINE.
