Educar en fe, carácter y conocimiento

¿Sabías que estos son tres ingredientes esenciales en el Sistema Educativo LAM? 

Fui una alumna educada esencialmente en conocimiento. En mis años transcurridos por la escuela, todos los maestros afirmaban lo mismo: «Lo más importante es ser un niño inteligente», que se resumía en sacar 10 en todas las materias. 

Cada evaluación ansiabamos por aparecer en el cuadro de honor. Cuando llegamos a sexto grado deseábamos estar en la escolta ya que visualizábamos que los niños en esas posiciones eran los más dignos de admirar.

Llegué a estar en el cuadro de honor, logré ser la abanderada y la jefa de grupo; en mi frente se pegaron muchas estrellitas, pero carecí de dos elementos esenciales: fe y carácter. Al no contar con ellos  tambaleaba en momentos de dificultad y fue aún más duro en la adolescencia. A pesar de ello, Dios tuvo un trato especial conmigo y afirmó mucho estos dos aspectos faltantes en mis años de preparatoria y universidad.

Ahora que estoy desde una perspectiva más amplia, veo la importancia de comunicar este tesoro y que todos los niños de Sistema Educativo LAM tengan esa oportunidad que yo no tuve: ser educados para potencializar no sólo su mente, sino todas las áreas que los conforman.

Fe y carácter son dos elementos que no puedes quitar de la ecuación que integra la educación.

Como maestros necesitamos estar conscientes de que nuestro alumno está conformado por alma= carácter, espíritu= fe y mente= conocimiento.

Carácter.

En el alma de nuestro alumno encontramos esa personalidad que lo diferencia del resto del grupo y lo individualiza.

Para definir carácter, según Aristóteles, hay que tomar en cuenta 4 puntos:

1. Sello de distinción:

Es una marca perdurable e indeleble que te caracteriza.

2. Virtud:

El contenido de un buen carácter es la virtud.

3. Valor positivo en acción:

Las virtudes no sólo son ideas, sino hábitos que desarrollamos efectuando acciones positivas.

4. Músculo a desarrollar:

Al igual que los músculos, nuestro carácter tiene un potencial que se alcanza gracias al entrenamiento y el desarrollo.

Podemos concluir, que el carácter es aquello virtuoso que una persona posee y lo distingue del resto y que se manifiesta a través de acciones las cuales pueden perfeccionarse con el paso del tiempo entre más se practican.

A lo largo de mi vida me di cuenta que el carácter era muy importante en una persona, pero pude ver esto con más intensidad en mis años de universidad.

Durante 5 años estudié la carrera de derecho y siempre se supo que era más destacado aquel estudiante que tenía un carácter que le permitía relacionarse con la gente, que el alumno que sacaba puro 10.

Si bien, en ciertas carreras son más importantes las relaciones personales y en otras tal vez sea más fácil ser un solitario profesionista, tarde o temprano, en cualquier ámbito laboral, enfrentarás circunstancias en las que se pondrá a prueba tu carácter. Entonces ¿por qué no preparar a los más pequeños para enfrentar la cara real de ser adulto?

Como maestros o directores podemos estar muy comprometidos en formar el carácter en cada etapa de desarrollo de nuestros estudiantes. Así como cada grado se nos enseñan ciertas materias, en cada grado es importante saber qué parte del carácter toca desarrollar. 

El profesor Marvin Berkowitz en «The Science of Character Education», nos enseña estas etapas del desarrollo. Señala puntualmente qué áreas hay que desarrollar conforme a la edad en la que se encuentra el alumno; desde los primeros años de vida hasta la adolescencia. Te recomiendo ampliamente leer dicho artículo.

Fe.

«Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia».- Proverbios 2:6.

La fe es el cimiento de donde vamos a partir para educar. Todas nuestras prácticas educativas tienen que estar guiadas e inspiradas por nuestro Creador.

Si Dios es lo más importante en nuestras vidas, también es lo más importante en la educación.

 Recordemos que el espíritu de nuestros alumnos debe ser alimentado. Si bien, no somos la iglesia o los padres para tomar ese papel espiritual principal, pero debemos siempre estar en sintonía.

Conocimiento.

No hay que dar por sentado que esto lo estamos haciendo bien. Somos responsables de impartirles un conocimiento de calidad y tenemos que prepararnos día con día para que nuestros alumnos sean los mejores matemáticos, científicos e historiadores.

En esta época los niños están siendo atacados por muchas voces, por eso debemos ser una voz firme, que se escuche muy fuerte y resuene en su cabeza. Hay tanta desinformación en internet, tantas corrientes ideológicas y filosóficas; es nuestro deber hacerle frente a esto. 

Recuerda, no estás sólo, hay muchos maestros que al igual que tú, quieren hacer la diferencia y darle un giro a la educación, educando en fe, carácter y conocimiento.

Bibliografía: https://www.hoover.org/sites/default/files/uploads/documents/0817929622_43.pdf

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