Cuando no hay sed por aprender

Un campesino joven buscaba ser productivo en un predio. Se convenció de que antes de recorrer el lugar, debía darle de beber al caballo, así ganaría tiempo y estaría tranquilo todo el día. Sin embargo, el caballo se negó a beber y el campesino novato trató de obligarlo. No lo logró. El animal no quiso beber. 

Cuando se acercó un viejo campesino, le preguntó: «¿Crees tú que es así como se debe de tratar a un caballo? Así lo castigues y le produzca dolor o tristeza, no beberá. El caballo podrá simular que bebe pero vomitará».

«¿Entonces qué debo hacer?»

«El caballo, simplemente, no tiene sed a estas horas, sino que necesita alfalfa fresca. Espera que se sacie de pasto, después tendrá sed y podrás observar cómo galopa hacia el abrevadero. No esperará a que le des permiso, y cuando haya bebido podrás tirar del ronzal».

¿Te ha pasado? Comienzas el día exponiendo una serie de conceptos que llevan a los niños a la indisciplina. Como en la historia del «Caballo que no tenía sed» de Celestin Freinet, un filósofo francés educacional, quizá, en pocas palabras, los alumnos no tienen sed. ¿Por qué? Quizá, como dijo el viejo campesino, en las primeras horas del día no ansían agua. Tenemos que llevarlos a cabalgar un rato antes de que se acerquen al abrevadero.

¿Cómo hacerlo? Llevemoslos a un ambiente vivo, y si es posible, comunitario, donde puedan experimentar actividades propias del día a día que incluyan colores, sonidos y lenguaje. Utiliza imágenes que cubran las paredes en las clases, frases de motivación y aceptación de lo que Dios piensa de los niños. Deja que plasmen sus sueños en los primeros escritos y dibujos. Permite que se expresen por medio del lenguaje, sea escrito, pictórico o hablado. 

Cuando tus alumnos llegan a la escuela, tu influencia es una enorme responsabilidad. La calidad de la enseñanza derivada de una visión incompleta puede afectar la clase. Recuerda que la primera lección del día es la oportunidad perfecta para exponer las dudas que no se responden en casa, o para causar el asombro que no se obtiene dentro de una comunidad ocupada, o para que el alumno se pueda desarrollar y conocer a través de sus sentidos.

Cuando despiertas el asombro y el interés, después de una cabalgata de experimentación y descubrimiento, tendrán sed para acercarse a los libros del abrevadero para aprender. 

Sin embargo, en la parábola del caballo, a pesar del consejo del viejo campesino, el caballo siguió sin beber hasta que apareció otro forastero y dijo: 

«¡Nada de eso! Basta con que le cambies el agua del estanque!» Entonces el joven campesino obedeció inmediatamente y el caballo bebió. 

¿Cómo puedes dar una clase de Matemáticas cuando el día anterior, en una ciudad cercana, hubo una inundación que afectó a miles de familias e incluso a conocidos de los alumnos? 

Seguramente te ha pasado que tus alumnos tienen dudas profundas y complejas que podrán ser trascendentes en los medios de comunicación. Traen en la cabeza preguntas que los padres no pueden responder por cuestiones de desconocimiento, o incluso por pena. Cambia el agua del abrevadero. No tengas miedo de poner a un lado la geometría un rato para dialogar y responder con verdad y asertividad, sin olvidar el respeto por su edad y madurez, lo que preocupa a tus alumnos. Llévalos a la empatía y a la templanza, y (¿por qué no?) a la oración.

Despierta con el asombro. Da tiempos para descanso mediante la expresión artística, lo que sólo acrecentará su sed para saber más. Permite que en el estanque fluya el agua limpia y pura de la verdad. 

Sólo recuerda: no seas como el joven campesino que a veces se cierra en una «pedagogía del caballo que no tiene sed». Seamos prudentes y vayamos hacia la «pedagogía del caballo que galopa hacia la alfalfa y el abrevadero». Tú tienes una voz y autoridad dentro del aula escolar donde hay muchas mentes soñadoras. ¡Despierta su sed! Y cuando sea necesario, cambia el agua del abrevadero.

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Nombre *
Correo *
Teléfono *

¿Ya conoces nuestro Blog LAM?

¡Regístrate a nuestro Newsletter y obtén envío gratis!*
Nombre *
Apellido *
Ciudad *
Teléfono *
Correo *

*Aplica solo para la república mexicana.
Ingresar