Actividad física: un aliado más en el reto de educar

Son las siete de la tarde. Estoy esperando a que el timbre indique el fin de una jornada más en el colegio. Estoy completamente emocionada, no debido a que vaya a terminar mi jornada estudiantil (porque me fascinan mis clases y el estar aprendiendo cosas nuevas cada día) sino porque estoy por pasar un gran tiempo de camino a casa conversando sobre mi día con mi papá. 

Se preguntarán si está muy retirada la escuela de casa. No. En automóvil el tiempo de llegada es de cinco a diez minutos. Sin embargo, mi papá se propuso sembrar en mí el hábito de realizar actividad física. ¿Y cómo lo logró? Encontrando tiempos para enseñarme con su ejemplo.

Así que un día probó el dejar de ir por mí en auto, ¡y nos aventuramos a irnos caminando!
Me invitó a pasar por mi parque favorito además de ir jugueteando conmigo a «no pisar la raya», contar autos de ciertos colores, retarme a llegar primero que él a la esquina, etc. Cuando menos lo pensé, ya habíamos llegado a casa. Me divertí tanto que quise repetirlo cada vez que fuera posible. 

Esto sólo es un pequeño ejemplo de mis recuerdos a la inmersión de la actividad física, hábito que nos inculcaron como familia desde muy temprana edad, ya que comenzamos practicando toda clase de deportes, inyectados con el ejemplo y, en muchas ocasiones, mis papás participaron codo a codo con nosotros.

La actividad física además de ser un camino para mantener un cuerpo sano y activo es un aliado para educar a nuestros niños, adolescentes, jóvenes e incluso adultos. 

En el 2019, la Universidad de Alicante en España desarrolló una investigación con alumnos entre los 15 y 17 años para obtener la relación que hay entre practicar actividad física extraescolar y el rendimiento académico. 

Obtuvieron un sobresaliente resultado para aquellos que practicaban actividad física extraescolar, sobre aquellos que únicamente realizaban actividad física en la clase de deporte y concluyeron: «El presente estudio corroboró que el alumnado que practicaba mayor actividad física extraescolar mostró mejor rendimiento académico con independencia del sexo y tipo de bachillerato cursado. No obstante, las mujeres parecen beneficiarse en mayor medida de los posibles efectos positivos de la actividad física sobre el rendimiento académico. El alumnado de bachillerato científico mostró los niveles más altos de actividad física, así como las mejores puntuaciones tanto en Educación Física como en la Nota Media Global (el resto de las asignaturas)». Revista Iberoamericana de Psicología del ejercicio y el Deporte. Vol. 14, n° 2 (2019).

Además, se menciona en distintas investigaciones que las reacciones e interacciones que tiene el cerebro con la información que recibe para poder procesarla y convertirla en entendimiento son mejores cuando la persona se encuentra en activación física continua. Esto sin hablar del progreso que se tiene en la producción de hormonas como la dopamina, mejor conocida como «la hormona de la felicidad». 

También se ha comprobado que la actividad física es una herramienta utilizada al momento de poner sobre la mesa el tema de la disciplina y corrección. El gran porcentaje de los deportes o actividades que se realizan cuentan con reglas, regímenes, rutinas y otros componentes basados en disciplina para alcanzar las metas propuestas.

Los padres de familia con niños o adolescentes con problemas de disciplina se han aliado a algún deporte o actividad física para poder modificar estas conductas. El llevarlos a redireccionar su energía y enfoque, da como resultado el que puedan destacar en sus ámbitos deportivos y académicos.

Te escribo desde mi punto de vista como hija y aprendiz en la cadena de la educación. Agradezco que se haya plantado en mí este estilo de vida porque en consecuencia pude entablar amistades, comunidades, conocer, aprender y desenvolverme en distintas esferas tanto sociales, culturales, académicas y deportivas.

Así que te invito a seguir practicando está área y a tomar en cuenta los siguientes puntos para desarrollar tu tiempo con este aliado pues ¡nunca es tarde para empezar! 

1. Da el ejemplo
Nada enseña más que el ejemplo. Quizás sea un poco complicado al principio pero no pares. ¡Qué tus hijos te vean intentarlo en cada ocasión!

2. Involúcrate 

Para tu hijo el que estés presente al momento de un gran o pequeño logro representa más de lo que crees. Quizás hablo de manera un poco personal, pero como hijos nos encanta presumir que papá, mamá, hermanos, tíos, primos o abuelos nos están apoyando y animando. Más si se da la oportunidad de participar en conjunto. 

3. Sé constante 

Para crear un hábito es necesario la constancia y para ver resultados requerimos de hábitos. Toma el ejemplo que te mostraba al principio y utiliza tus medios e imaginación para iniciar tanto tú como tus hijos. ¡Qué nadie se quede atrás!

4. Toma en cuenta los gustos deportivos de tus hijos
Muchos de nosotros utilizamos la frase «le di al clavo» para poder negociar la toma de decisiones importantes. ¡Dale al clavo y motiva a tus hijos día a día!

El Señor nos dio nuestro cuerpo para cuidarlo.  No sólo es la composición o herramienta para movernos y poder hacer nuestros deberes ¡sino que somos el templo del Espíritu Santo!

Cuidemos de nuestro cuerpo y mente, así como del cuerpo y la mente de nuestros hijos. Utiliza está área como aliado para cuidar, disciplinar, enseñar e instruir a tus hijos día a día. Te leeremos en los comentarios para que nos vayas contando qué tal te ha funcionado.

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