5 tips para ser un director de alto rendimiento

Para iniciar, quisiera decir que el papel del director es sumamente importante, complejo y complicado. Es el enlace entre los tres elementos de la educación: alumnos, maestros y padres de familia; quien dirige a todo este engranaje hacia un rumbo y una meta. Según un estudio reciente, el director es el segundo elemento de mayor impacto en la vida académica de los estudiantes, después del maestro, pues establece de manera clara y precisa toda la cultura escolar. No sólo está orientado a velar por el programa o modelo educativo, sino que también, crea y diseña las condiciones para una educación de calidad. Por esto es necesario centrarnos en su trabajo y darle la mayor cantidad de refuerzo.

Te compartimos los siguientes tips:

1. Establece metas, rutinas y protocolos. Primero, describe en dónde te encuentras y qué propósito anhelas alcanzar, para luego desarrollar las estrategias que te ayudarán a lograrlo. Es importante que lo pongas en papel y que lo traduzcas a hechos puntuales. Estas se denominan: protocolos. 

Establece todos los protocolos  que vas a seguir como escuela y que van a ejecutar quienes te acompañen en la visión, ya que esto permite que todos trabajen de la misma manera. Luego define rutinas porque son las que definen la cultura de la escuela; gracias a ellas, se establecen límites y formas de actuar, lo que se encamina a un modo de ser en general. Establecer metas, rutinas y protocolos da al alumno la certeza de que todo está diseñado para que se desarrolle de manera integral, haciéndolo sentir valioso. Y, para cerrar con este punto, es importante que definas también la evaluación. Esto te permitirá ver lo que funciona, lo que no y cómo se puede cambiar.

2. Desarrolla y lleva a cabo una agenda. Una agenda es un facilitador extraordinario, puedes apoyarte de la Matriz de Eisenhower. Este diagrama distingue las tareas entre importantes y urgentes en cuatro cuadrantes. Te permite identificar en dónde debes poner toda tu atención y en qué áreas puedes deslindarte.

El primer rango abarca las cosas urgentes e importantes, las actividades que debes HACER. Las importantes, pero no urgentes, son las que deberás PROGRAMAR y sobre las cuales puedes tomar decisiones a largo y mediano plazo. Las urgentes, pero no importantes son las que podrás DELEGAR siempre a una persona capacitada y la mejor en su área. Las no importantes y no urgentes, serán las que debes ELIMINAR o no tomar en cuenta.

Con esta herramienta, podrás determinar qué tareas vas a desarrollar con toda la energía posible, cuáles puedes encargar y cuáles eliminar para que tu mente se pueda enfocar en lo que afecta drásticamente el quehacer educativo. De esta manera, podrás también encontrar apoyo en otros; confía en tu personal y la gente que está a tu cargo, pues pueden ejecutar tareas. No me equivoco al decir que vas a encontrar grandes aliados cuando confías.

3. Convierte el “yo” en nosotros. La posición de director tiende a ser un poco solitaria porque te encuentras en un puesto que implica tomar decisiones difíciles y muchas veces no tan gratas para algunos. Es por esto que necesitas encontrar en quién confiar y en quién apoyarte. Desarrolla primero en ti una habilidad socioemocional, la cual consiste en generar un ambiente en donde cada miembro se siente respetado, valorado y honrado. Honra, no sólo a los alumnos y padres de familia, sino también a los maestros. Como director, tu labor siempre será sacar de los demás todos los dones y talentos, alentar a su crecimiento y generar la suficiente confianza para que haya un ambiente favorable y adecuado para el aprendizaje. Los alumnos, padres de familia y maestros, necesitan ver en ti esa capacidad. Aunque es sumamente complejo, tenemos la gran fortuna de contar con la ayuda del Espíritu Santo. Pídele que te dote de ese discernimiento, esa sensibilidad para poder hacer equipo con todos. Recuerda que necesitas del apoyo constante de los padres de familia, tener el corazón de los estudiantes y un equipo de trabajo bien cimentado para que el éxito sea más fácil de alcanzar. En este último, tu mayor enfoque debe estar en tus maestros. En ellos debes invertir más. Genera relaciones profundas, no sólo los veas como “trabajadores” sino sé una persona cercana, flexible pero siempre firme. Si propicias este ambiente, como una red de apoyo, en el momento que exijas, la respuesta será automática. En general, si ganas su corazón, tendrás a tu lado personas dispuestas a correr contigo. Ejerce autoridad estableciendo una buena relación.

4. Escucha. Permite que todas las ideas sean puestas sobre la mesa. Esto va a desarrollar el ambiente del que hablábamos anteriormente. Las grandes soluciones vienen de ideas y del corazón de alguien que está a favor del proyecto. Establece una escucha activa, es decir, analiza todo lo que te están proponiendo. Nunca te cierres a los comentarios de los demás, los alumnos, padres de familia y maestros observan cosas que, en ocasiones, tú no estás viendo. Esto te servirá para que la visión se amplíe y puedas ver, no sólo problemas, sino estrategias para el mejoramiento de la escuela. Así encontrarás y desarrollarás creatividad, que no se refiere a hacer manualidades bonitas, sino a dar soluciones fuera de lo común, que son efectivas, eficientes y eficaces. Sé un director que escucha y está abierto a todas las ideas.

5. Nunca dejes de aprender. Este consejo implica muchísimas cosas, desde ser un director cercano, dispuesto, humilde y lleno de asombro, hasta uno que tiene hambre por aprender, consciente de sus necesidades y muy franco consigo mismo. 

Te recomiendo siempre:

Ejercita tu mente: capacítate de manera constante; también es necesario que te rodees de personas que sepan más que tú, ya que ellos te llevarán a crecer y te ayudarán a resolver lo que a ti se te dificulta. 

Da clases, pues impartir una materia te permite estar al tanto de las características de tus estudiantes, conocerlos y ser cercano; lo que rompe totalmente con el estereotipo del director malvado, lejano y que sólo sirve para regañar. 

Ejercita tu cuerpo: Ser un director de alto rendimiento requiere de energía física. Toma tiempo para invertir en tu salud, haz ejercicio, come de manera saludable y toma suficiente agua.

Ejercita tu espíritu: Sin temor a equivocarme, este es el aspecto más importante. Algo de lo que debes ser consciente es que eres un role-model: las personas te ven como un ejemplo a seguir. Eres la imagen de Jesús para los demás. La manera en que te relacionas con otros, en muchas ocasiones, será la visión que tienen de Dios. Así que ora en todo tiempo, depende de la ayuda del Espíritu Santo y conviértete en un seguidor de Cristo permanente.

Toma en cuenta estos 5 tips que, aunque no son el hilo negro, son herramientas que te ayudarán a ser un director de alto rendimiento.

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