¡El último mes!

Recuerda que ser maestro es acompañar a nuestros alumnos en su aprendizaje

Este es el último mes de clases con las semanas más desafiantes y la llegada de los exámenes finales. Un tiempo que debemos enfrentar de una manera firme y segura.

Los exámenes finales representan un período de tiempo donde el estrés se hace presente como en ningún otro; pareciera que alumnos, padres y maestros estamos colgando de la cuerda floja. Sin duda es un tiempo complicado. Todos debemos calmarnos…

  • Para un maestro significa que está en juego todo su trabajo de un año; al menos así se siente.
  • Los padres suelen ejercer mucha presión sobre sus hijos, a menudo con exigencias y reclamos innecesarios porque quieren buenas calificaciones.
  • Los alumnos ven aflorar sus temores como un volcán en erupción y muchas de sus inseguridades saltan a la luz.

En esta temporada hagamos una campaña: ¡Juntos contra el estrés!

¿Qué podemos hacer los directores?  

Busquemos un acercamiento amistoso con los padres. Convoquémoslos a una junta de fin de cursos, aunque no como una junta normal de padres de familia.

¿Qué haremos en esta reunión?

  • Primero, agradeceremos todo el esfuerzo que han hecho por sus hijos durante todo el año. De una u otra manera todos se han esforzado.
  • Les aseguraremos que sus hijos han trabajado duro y han adquirido muchos conocimientos durante el ciclo escolar—más de lo que se imaginan.
  • Sobre todo aclararemos que la calificación del examen final no es el supremo indicador de lo que saben; de hecho, sólo es un porcentaje de su calificación final.

Animemos a los papás dándoles algunos tips para bajar el estrés en casa:

1. Cuidar la alimentación: 

  • Disminuir el consumo de azúcares y aumentar el consumo de proteínas y verduras.
  • Asegurar que tomen agua regularmente. Es esencial que estén bien hidratados.

2. Establecer un horario para dormir; es indispensable que los estudiantes duerman por lo menos 8 horas diarias.

  • Evitar el uso del celular (u otras pantallas) por lo menos una hora antes de dormir.

3. Hacer algún tipo de ejercicio (una buena caminata con ellos sería algo ideal).

4. Decidir intencionalmente afirmar cada acción o logro real, por ejemplo: Eres muy inteligente; lograste mejorar tu disciplina; ¡felicidades por ese avance!

Si tu hijo te pide ayuda para su estudio, ya sea que le hagas preguntas o le expliques algo, hazlo armado de paciencia

  • Si se equivoca, anímalo. Nunca le digas: «¡Así no!» Mucho menos uses reproches: «¿Qué no estás prestando atención?»  

Utiliza un tono positivo: «Vamos a hacerlo de nuevo» o «Vamos a lo siguiente; luego volvemos de nuevo a esta pregunta».

A los maestros:

  • Haz un esfuerzo consciente de poner atención especial en las horas de escuela en este tiempo.
  • Afirma constantemente a tus alumnos; acompaña a aquellos que se han quedado atrás, o que se ven más temerosos. 
  • Práctica el agradecimiento de manera mucho más intencional con ellos.
  • Toma una hora para hacer cosas diferentes con los alumnos: ríanse juntos, siéntense a comer algo juntos.

Recuerda que ser maestro es acompañar a nuestros alumnos en su aprendizaje.

Maestro, tú también cuídate.

Tómate el tiempo para hacer ejercicio, leer algún libro que te inspire, comer bien (lo más sano que puedas), platicar con algún compañero de trabajo, comer juntos y animarse unos a otros. 

Si tienes una carga por algún alumno, pide ayuda. A veces la respuesta la tiene tu compañero.

Decidamos que este fin de cursos sea el mejor fin de cursos que jamás hemos tenido.

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